miércoles, 12 de noviembre de 2008

BENDICIONES DEL ANCIANO




LAS BENDICIONES DEL ANCIANO.


Benditos sean aquellos que excusan mi torpeza al caminar
y la poca firmeza de mi pulso.
Benditos los que comprenden que ahora mis oídos
mucho se esfuerzan para escuchar lo que me dicen.
Benditos aquellos que se dan cuenta de que mis ojos
están empañados y limitado mi sentido del humor.
Benditos los que disimulan el que alguna vez derramé
el café sobre la mesa.
Benditos los que sonrientes se detienen a charlar conmigo
por unos instantes y escuchan con interés lo que les digo.
Benditos los que excusan mis olvidos y nunca me dicen:
eso ya me lo habías contado.
Benditos los que me permiten evocar recuerdos felices del pasado
que me hacen sentir querido y respetado y
que no estoy solo en el mundo.
Benditos aquellos capaces de comprender lo difícil
que me es hallar fuerzas para sobrellevar mi cruz.
Benditos aquellos que de vez en cuando se acuerdan de hacerme
algún obsequio por sencillo y pequeño que éste sea.
Benditos aquellos que con amor me ayudan a esperar tranquilo
y sonriente el día de mi partida.

Desconozco el nombre del autor.

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