A mi amigo Gringo Hanza
Queridos Amigos:
Han pasado algunos días desde la partida de un extraordinario e incondicional amigo; todos seguramente tenemos un rincón especial en donde guardamos los más gratos recuerdos de nuestra vida, al gringo lo conservaré en mi rincón especial porque no solamente se lo merece, sino porque se lo ganó con su sencillez y alegría permanente; no porque ya no se encuentre entre nosotros voy a destacar sus virtudes, que seguramente abundaron en su manera de ser y su comportamiento, pero como todo hombre no era perfecto, sin embargo voy a trasmitirles sus últimos deseos y que precisamente a la Familia Regatas concierne.
Nadie estuvo más feliz que él, al ser elegido Director y demostrarnos el cariño y entrega con que empezó a trabajar como tal. En nuestras diarias conversaciones, noté que el club había ganado un excelente Directivo. El “Regatas” se convirtió en su prioridad, tenía muchas ganas de trabajar y hacer todo lo mejor que estuviera a su alcance por nuestro club, su repentina partida no se lo permitió. Él pensaba que siendo nuestro club tan grande, y que lo es en todo sentido, no todos demostraban la mística y el orgullo que cada asociado y trabajador debería sentir por ser miembro de un club como el Regatas;..Que nuestra sangre como los colores de nuestra bandera debería ser celeste, que todos deberíamos saber entonar nuestro himno, y que sería bueno darnos cuenta de ello ahora y no cuando sea demasiado tarde, cuando ya no podamos disfrutar de nuestro club que tan grandes amigos nos brinda. ....... El sí lo hizo y como muchos quería profundamente a nuestro club.
Cuando estuvo grave, me enteré de un detalle que lo pinta tal cual era él, había pedido donar sus órganos para que otros puedan gozar de una vida plena, ese fue el gringo, vivió para todos los que lo rodearon; fui un privilegiado de su amistad, nunca hablamos de cuánto nos apreciábamos mutuamente, no era necesario, pero qué pena, cuando se lo dije, ya no podía escucharme.
Un sencillo consejo para recordarlo a quienes lo conocieron de cerca, si tienen que decir o hacer algo por alguien que lo necesite, no duden en hacerlo, así fue El, y rescatando las palabras de su hija Ivonne, fue un papi de lujo, recordémoslo con alegría. Sí señores, también fue un amigo de lujo.
Hasta siempre Gringo………la alegría en tu rostro al partir seguramente refleja la maravilla que debes haber sentido al reencontrarte con tu hijo Fermín, gran amigo.
Pedro Olcese Roca
Han pasado algunos días desde la partida de un extraordinario e incondicional amigo; todos seguramente tenemos un rincón especial en donde guardamos los más gratos recuerdos de nuestra vida, al gringo lo conservaré en mi rincón especial porque no solamente se lo merece, sino porque se lo ganó con su sencillez y alegría permanente; no porque ya no se encuentre entre nosotros voy a destacar sus virtudes, que seguramente abundaron en su manera de ser y su comportamiento, pero como todo hombre no era perfecto, sin embargo voy a trasmitirles sus últimos deseos y que precisamente a la Familia Regatas concierne.
Nadie estuvo más feliz que él, al ser elegido Director y demostrarnos el cariño y entrega con que empezó a trabajar como tal. En nuestras diarias conversaciones, noté que el club había ganado un excelente Directivo. El “Regatas” se convirtió en su prioridad, tenía muchas ganas de trabajar y hacer todo lo mejor que estuviera a su alcance por nuestro club, su repentina partida no se lo permitió. Él pensaba que siendo nuestro club tan grande, y que lo es en todo sentido, no todos demostraban la mística y el orgullo que cada asociado y trabajador debería sentir por ser miembro de un club como el Regatas;..Que nuestra sangre como los colores de nuestra bandera debería ser celeste, que todos deberíamos saber entonar nuestro himno, y que sería bueno darnos cuenta de ello ahora y no cuando sea demasiado tarde, cuando ya no podamos disfrutar de nuestro club que tan grandes amigos nos brinda. ....... El sí lo hizo y como muchos quería profundamente a nuestro club.
Cuando estuvo grave, me enteré de un detalle que lo pinta tal cual era él, había pedido donar sus órganos para que otros puedan gozar de una vida plena, ese fue el gringo, vivió para todos los que lo rodearon; fui un privilegiado de su amistad, nunca hablamos de cuánto nos apreciábamos mutuamente, no era necesario, pero qué pena, cuando se lo dije, ya no podía escucharme.
Un sencillo consejo para recordarlo a quienes lo conocieron de cerca, si tienen que decir o hacer algo por alguien que lo necesite, no duden en hacerlo, así fue El, y rescatando las palabras de su hija Ivonne, fue un papi de lujo, recordémoslo con alegría. Sí señores, también fue un amigo de lujo.
Hasta siempre Gringo………la alegría en tu rostro al partir seguramente refleja la maravilla que debes haber sentido al reencontrarte con tu hijo Fermín, gran amigo.
Pedro Olcese Roca
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